domingo, 22 de enero de 2017

El poco “corriente” precio de la electricidad


La electricidad es una energía cuya medición se realiza atendiendo a distintos parámetros: La tensión se mide en Voltios, la potencia en Watios, la resistencia en Ohmios y el consumo en Estafos.

Causa sonrojo ver y oír al Ministro de Complicidad con las Eléctricas atribuir, el atraco a kilowatio armado que estamos padeciendo, a que hace poco viento o a que no llueve. Solo nos falta ver al ministerio sacar en procesión a la Virgen de la Nube Negra que es muy milagrera y hace llover siempre para que caiga algún chaparrón que nos alivie. Tampoco estaría de más que algún juez sufra una arrebato de tócada de gónadas y, como ellos también pagan el recibo de la luz, decida investigar por qué misterioso motivo el precio de la energía eléctrica se dispara, siguiendo la ola del resto de países de nuestro entorno.

Porque, oteando el mercado eléctrico internacional vemos que el precio, descontando excepciones por debajo y por encima, está en la media; alrededor de 80 € el Mw/h. Todo sería correcto con alguna salvedad: No es lo mismo pagar esa cifra en Alemania, con sueldos alemanes, que en España y nuestras nóminas de miseria. No es lo mismo el frío y, consecuentemente, la exigencia de consumo en el norte y centro de Europa que en España (a las temperaturas normales allí en invierno, aquí las llamamos ola de frío extremo). No es lo mismo el pico de 140 € alcanzado en Francia, que tiene paradas gran parte de sus centrales nucleares y tiene que importar electricidad de ¡¡España!! que en nuestro país, que somos proveedores. Y, por último pero más importante, no sería lo mismo producir electricidad a precio baratísimo mediante energía fotovoltaica, que andamos sobradísimos de horas de sol, que usar centrales de ciclo combinado de gas cuyo potencial de producción, además, está siendo infrautilizado.

Nuestro país reúne la mejor ubicación geográfica para ser el paraíso de las energías renovables y, a poco que se invirtiera en vez de llevárselo muerto, nuestra producción estaría alrededor del 100% de la demanda, eliminando la dependencia de combustibles y el abono de su factura, con el añadido de poder exportar con garantías y precios competitivos, lo que nos pondría en los puestos de cabeza de los países europeos con influencia determinante en las tomas de decisiones, en vez de ser proveedores de camareros con alta cualificación para toda la hostelería europea.


Tengo el pleno convencimiento de que, con el precio a la mitad, las Eléctricas también tendrían beneficios solo que, en vez de llevárselo con las dos manos, se lo llevarían solo con una.  No olvidéis recordar, queridos niños, que haber votado a estos “colaboradores necesarios” de unos delincuentes por estafa y abuso, evita que podamos, no ya NACIONALIZAR las eléctricas, sino plantearse siquiera la posibilidad de sancionarlas, no vaya a ser que se colapse la puerta giratoria y algunos tengan se vivir solo con la superpensión que les queda al abandonar los cargos que detentan.  Más o menos igual que las familias que, literalmente, se congelan por no poder pagar el recibo del atraco de la luz.

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