domingo, 14 de febrero de 2016

Qué aburrimiento, Esperanza Aguirre ha dimitido otra vez

Momento en el Aguirre entona, con mucho sentimiento, "Adiós con el corazón, que con el acta no puedo"

Esperanza Aguirre, fiel a su vocación de servicio público, ha decidido prestar un último servicio a los españoles.  Aprovechando del Día de los Enamorados, se ha puesto delante de los medios para declarar públicamente su amor incondicional por Mariano Rajoy de un modo, como todo lo que ella hace, original, novedoso y eficiente.

Se ha calzado el mono de técnico en señalización y, mirando metafóricamente a los ojos del presidente de su partido, le ha trazado el itinerario de salida por el camino más corto, sencillo y funcional: La dimisión.  Aguirre es una mujer culta, políglota y curtida en mil batallas pero, durante sus años de estudiante, las chicas debían ineludiblemente conocer los secretos de las labores domésticas y, como todo lo que hace, se puso a ello con denuedo.  Todas sus profesoras y compañeras de la clase de costura fueron unánimes: Esperanza nunca da puntada sin hilo (ni putada sin filo, añadirían sus colaboradores actuales).

El caso es que la traída y llevada Operación Púnica le ha venido como anillo al dedo para poner varias picas en Flandes:  Su dimisión es una “voladura controlada”, ya que en pocos meses se celebraría un congreso extraordinario al que no se presentaría, con lo que objetivamente no pierde nada; sin embargo, haciendo mención explícita en su decisión a las responsabilidades in eligiendo e in vigilando, lanza un torpedo de espoleta retardada a la línea de flotación de Manuela Carmena a quien debe tener ya tendida alguna celada de las que acostumbra; pero, siendo esta una jugada de libro, el foco estelar, inmediato y deslumbrante apunta a Mariano Rajoy como factotum de los cientos de “casos aislados” de corrupción que, día tras día, aumentan exponencialmente.  ¡Ay, Mariano! ¿Por qué hiciste ministro a Gallardón en vez de a ella?

Porque, claro, la presión mediática empezaba a ser asfixiante y Aguirre habrá perdido árnica a la dirección nacional, presidente a la cabeza, obteniendo como única respuesta el sonido del canto del grillo y algún matojo rodante cruzando por el pasillo.  Soledad absoluta.  Desconocemos el contenido de esos misteriosos mensajes Aguirre-Rajoy, Rajoy-Aguirre intercambiados, dicen, esta mañana pero tampoco sería de extrañar que, el ya clásico, “Espe, sé fuerte” haya sido respondido por un “Te vas a cagar, chaval”, ya que cada quien tiene su estilo y el de la ya ex presidenta madrileña es castizo rayano en la grosería.

Una última puntualización sobre algo que me ha llamado la atención:  Todas las tramas de corrupción acaban desviando dinero PÚBLICO a bolsillos privados, ya sean estos individuales o colectivos.  Aguirre ha dimitido por su responsabilidad política en casos de corrupción PÚBLICA y lo ha hecho abandonando un puesto PRIVADO pero manteniendo su cargo público de concejala y portavoz del grupo municipal en el Ayuntamiento de Madrid.  No me negarás que algo de incoherencia si que hay.

En cualquier caso, como en todo lo que interviene la LidereSA, esto no ha terminado.  Esperamos con expectación el siguiente capítulo.




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