miércoles, 5 de agosto de 2015

Desmontando los Presupuestos


Cristóbal Montoro, si no se ve comprometido, rara vez tartamudea.  ¿Por qué ha dicho pre-presupuestos?  Porque es verdad.  Normalmente, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) inician su proceso a finales de septiembre o primeros de octubre.  Este año, por motivos que a nadie se le escapan, la presentación del borrador se ha producido a primeros de agosto lo que determina, desmontando el término, que la partícula “pre” (anterioridad local o temporal), debe colocarse dos veces: una por anticiparse en el tiempo y otra porque pre-supone que el PP seguirá en el poder.

Si tan seguro está Rajoy de seguir cuatro años más ¿por qué adelantarse varios meses en pre-parar las cuentas del Estado para 2016?  Porque es plenamente consciente de que, tras las elecciones generales, esos pre-supuestos serán parados, rehechos y puestos en práctica por los nuevos ocupantes de La Moncloa.

Ahora bien, más que presentar las previsiones económicas para el ejercicio próximo, lo que ayer hizo Montoro fue mostrar el Programa Electoral con el que concurrirán a las urnas.  Programa que se resume en cuatro palabras: “Más de lo mismo”.

Sin perder el tiempo en evaluar qué posición ocupan en el ranking de “Presupuestos más sociales de la Historia” (alguien debería advertirle al Ministro de Hacienda que la frasecita ya huele), llamó la atención de los Medios presentes que el pen-drive donde se guardaban, desprendía de lejos un sospechoso olor a naftalina.

Veamos unos gruesos brochazos: 

Con una cifra de desempleados similar a la que había cuando el PP accedió al poder, agravada por un importante porcentaje de personas que han agotado su prestación y no disponen de ningún ingreso (alrededor de dos millones), la cantidad destinada a atender a los parados desciende la friolera de 5.200 millones respecto a este año y una brutal cantidad de vida, recursos e ilusiones si tomamos como referencia el 2012.  Imagino que, en campaña, Don Cristóbal visitará casa por casa a los desempleados para relatarles las maravillas de la recuperación, que trabajar 15 horas diarias como camarero con un contrato de dos, por 500 euros, durante tres o cuatro meses al año, es muy positivo porque conoces gente y que, al fin y al cabo, los médicos recomiendan no comer demasiado.

Tras rebajar durante cuatro años, el salario de los trabajadores públicos, alrededor de un 25%, sacan a la calle banda de música y majorettes para anunciar una subida del 1% que, si bien es una miseria adobada de recochineo, supone 4 veces más que el ridículo 0,25% que subirán las pensiones.  Entiendo que, del montante total, se ha detraído el refuerzo imprescindible de nuestras fronteras para evitar que funcionarios y jubilados se lleven el sobrante a Suiza.

Las partidas donde la Administración juega en 1ª persona, a la hora de trazar el futuro de un país, inversión e investigación, son precursoras de la 5ª glaciación en ciernes y sufren congelación, otro año más, entiendo que para mitigar los calores del verano.

Se sigue repitiendo machaconamente el mantra favorito del PP: “bajaremos los impuestos”, asunto este que no preocupa en exceso a la Iglesia Católica ya que no los paga. Eso sí, entre lo que recibe contante y sonante, más lo que no paga, supone una jugosa cifra de alrededor de 12.000 millones que, quizá, sea excesiva para un club privado dentro de un Estado Aconfesional.

En resumen, unos pre-pre-supuestos pre-parados para condicionar las políticas a emprender por quienes decidamos los españoles, desde enero de 2016 y que podrían ir adornados por el eslogan santo y seña de Rajoy y sus mariachis:


Gobierno de España, siempre jodiendo...

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