domingo, 30 de noviembre de 2014

Hoy han matado a un hombre


Es difícil de comprender pero es cierto:  Una serie de subhumanos, ávidos de vísceras ajenas, se reúnen para agredir con saña a otros.  No se conocen ni falta que hace y, si se conocieran de algo, daría lo mismo; desde que toman la decisión de acudir a este ritual sanguinario, han perdido su condición de seres humanos y ningún animal admitiría la comparación, porque esta salvajada se perpetra sin otro objetivo que el de hacer daño, el máximo daño posible.  No persiguen alimentarse o salvaguardar la especie, solo infligir dolor.  No son animales son subhumanos.

Hace años se desató con especial virulencia la moda de odiar otros colores distintos a los propios:  Personas normales, con sus vidas, sus familias, sus alegrías y sus tristezas ven comprometida su existencia por el simple hecho de cruzarse en el errático camino de una manada de estos especímenes.  Su único destino posible es la sección de animales peligrosos del Zoo o la cárcel si han ejercido sus instintos primarios contra alguien.

Hoy es incomprensible que una estructura moderna, organizada, que presume de valores y conductas ejemplarizantes, como un club de fútbol profesional; albergue, ría las “gracias”, financie y promocione a estos delincuentes por el único mérito de gritar, insultar, ofender y humillar a los rivales más que nadie.

En la mayoría de los casos se trata de grupos de ideología fascista o nacional-socialista que presume de sus símbolos malditos y los restriegan a los aficionados a sus propios colores.  Son escoria despreciable y, además, mienten en su desmedido amor a su equipo:  Está constatado que los llamados “ultras” de dos equipos rivales de la misma ciudad, fuera de los estadios son amigos, “camaradas” y compañeros de correrías delictivas, borracheras, consumo de drogas y agresiones a colectivos diferentes o vulnerables.  El fútbol es una excusa que les permite reunirse, planificar estrategias y perpetrarlas bajo el paraguas protector de su Club.

Se ha dicho muchas veces pero, sinceramente, esperamos que esta sea la última víctima de este espiral de violencia irracional, por lo tanto:

Conminamos a TODOS los clubes deportivos a disolver todos los colectivos de carácter “ultra” que existen en sus gradas; no fomentar, permitir, tolerar, albergar, financiar ni ofrecer espacio a ningún grupo violento de cualquier color.  Es más, exigimos la expulsión inmediata de su masa social a la más mínima expresión de violencia por parte de uno o varios individuos que utilicen el deporte como pretexto para sus salvajadas.  

Las Autoridades deportivas castigarán con dureza, dentro de su ámbito de responsabilidad, a las entidades que no cumplan estos compromisos y, en materia social y económica del Estado, se anularán todas las vías de ayudas públicas, disfrute de instalaciones públicas y otras ventajas de cualquier tipo a estas entidades por el potencial daño a la sana convivencia de las personas.





1 comentario:

Sinbanqueros dijo...

No te pareceria interesante comparar los indices de pobreza y de violencia en eventos deportivos en varios paises?