martes, 28 de enero de 2014

Pongamos que hablo de Madrid…


Ten cuidado con fulanita o con menganito que es más listo que los ratones coloraos, decía mi abuela.  Desconozco la influencia de la condición de roedor junto al color del pelaje en la astucia del animalito pero, validando la metáfora, hace tiempo que me pone en alerta cualquier decisión, gesto, palabra o silencio de Esperanza Aguirre.

Porque fue ella quien metió a la Comunidad de Madrid en ese tobogán de despropósitos por donde, un día sí y otro también, se van despeñando sus dirigentes.  La “anteriormente conocida como LidereSA” embarcó a los madrileños en una serie de decisiones suicidas y, más lista que los ratones coloraos, puso pies en polvorosa cuando empezó a atisbar el carrusel de fracasos que le aguardaba, dejando al Decano de los Fontaneros Madrileños, Ignacio González, a los mandos de un avión sin combustible ni tren de aterrizaje.

Así, se han ido sucediendo fiascos como la NO concesión de los Juegos Olímpicos, con relaxing café o sin él; el calentón frustrado de Eurovegas, con la consiguiente inflamación testicular; las peleíllas de patio de colegio con Montoro, por un quítame allá una financiación autonómica y con Pedro J. Ramírez, por esos áticos de lujo que carga el diablo o, como se veía venir, el frenazo y marcha atrás de la privatización de los hospitales públicos madrileños.

Lo cierto es que, dando por buenas las cuestionables cifras de desempleo “cocinadas” por el Gobierno, la Comunidad de Madrid ostenta el dudoso honor de ser la única donde el paro ha aumentado en términos absolutos y relativos, aliñada por ser también la única que ha sufrido un descenso del turismo en un año record de visitantes.  Ignacio González y sus mariachis, carecen de un plan serio y coherente para apostar por un modelo productivo sostenido y sostenible, más allá de los servicios y la hostelería, que permita a sus ciudadanos vivir mejor.  De momento, los pocos privilegiados que lo han conseguido son los miembros del gobierno madrileño y su numerosa cohorte de asesores.  Mal vamos.

Volviendo al asunto del día, la Sanidad Pública Madrileña, un par de consideraciones:

El Presidente González tratará de vendernos que la decisión de renunciar al proceso privatizador es suya.  Falso, solo es consecuencia de la paralización del mismo por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, amparándose en las numerosas y fundamentadas denuncias presentadas por los profesionales sanitarios y otros colectivos sociales, ciudadanos, políticos y sindicales, todos agrupados en la Marea Blanca que durante 15 largos meses han (hemos) luchado por defender una Sanidad patrimonio de todos los ciudadanos, no de unas pocas empresas en busca de un lucro fácil y cuantioso.

El, ya ex Consejero de Sanidad, Fernández Lasquetty, se ha distinguido por ser un ejemplo de altanería, soberbia, chulería y desprecio que, no solo ha hecho oídos sordos a todas las propuestas de sus administrados sino que ha demostrado la certeza del adagio que aconseja no escupir para arriba, porque acaba cayéndote encima.  Lógicamente, ha sido forzado a dimitir como último parachoques de Ignacio González.

Esperanza Aguirre contempla la escena desde su retiro fortificado y ya resuena en el ambiente un grito, no por conocido menos atronador: ¡¡Váyase señor González!!


Por cierto, todo mi reconocimiento y gratitud a la lucha incansable de la Marea Blanca. ¿Veis como sí que se puede?

1 comentario:

Fontaneros Madrid dijo...

Enhorabuena por el artículo