domingo, 29 de diciembre de 2013

Los abusones exigen una defensa ¡Manda huevos!


Qué esperar de una institución que basa sus principios en mentiras pergeñadas, a lo largo de la historia, en su propio beneficio.  Ni la figura histórica conocida como Jesús de Nazaret nació un 25 de diciembre ni siquiera en el año que dicen; su madre no fue engendrada por el espíritu santo y, los dogmas y sacramentos sobre los que se asienta, fueron introducidos durante los últimos mil años para ejercer un control total sobre los creyentes y una defensa blindada de su creciente poder político.  Todo es falso.

Hoy, la Iglesia Católica Española, tiene previsto tomar el centro de Madrid para defender su modelo de familia ¿defenderla? ¿de quién? 

Tiene su gracia que el lobby que, en una aplicación maniquea de la sociedad, más ataca a quienes no actúan como ellos tenga la desvergüenza de exigir defensa. 

Tiene narices que, quien promueve y permite la muerte de cientos de miles de personas por infecciones como el SIDA y otras ETS, al prohibir el uso de preservativos, pretenda dar lecciones de una hipotética “defensa de la vida” al oponerse de modo frontal a la existencia de un derecho como la Interrupción Voluntaria del Embarazo o ataque con toda la fiereza a cualquier interpretación libre de las relaciones sexuales que no sea la suya.

Tiene cojones (en su caso los ovarios no son más que un mero arma arrojadiza contra la libertad de la mujer) que, una institución opaca, privada e inmersa en multitud de negocios de dudosa legalidad, con el único fin de amasar una descomunal cantidad de dinero que refuerce su influencia política, deba ser financiada por todos los ciudadanos, creyentes o no, a través de los Presupuestos Generales de un estado aconfesional.

Hasta el día que España rompa sus acuerdos con el Vaticano (¿por qué los llaman acuerdos si solo se beneficia una de las partes?); hasta el momento en que sus “brazos armados” pierdan sus privilegios en materia educativa o legislativa aliados con el ala más ultramontana de la sociedad, hasta que no paguen impuestos como todo el mundo y hasta que no sean juzgados y cumplan sus condenas por la multitud de delitos de acoso sexual, apropiación indebida, omisión se socorro o de carácter económico; no podremos pensar que vivimos en un país libre y auténticamente democrático.

Esta es la gentuza que hoy ha convocado en Madrid un acto multitudinario para decirnos que están ahí y, nosotros, los humildes mortales, solo podemos asentir, consentir y sobrevivir mientras ellos sacan pecho y lucen poderío.


¿Atado y bien atado? Mucho más de lo que parece.

3 comentarios:

luisa sánchez dijo...

¡Perfecto! Suscribo punto por punto lo que dices. Aunque se te olvidaron los curas pederastas, puede que esa obsesión porque nazcan niños esté en la necesidad de tener muchos a su disposición para satisfacer sus pulsiones paidófilas, que de esta gentola se puede esperar cualquier cosa que no sea buena.
Constituyen una secta peligrosa a la que habría que ilegalizar, no darla dinero y permitirle todas sus chaladuras, como se ha hecho hasta ahora en este país, incluso el PSOE. Ya está bien caramba. Nunca debió de salir de las catacumbas esta panda de iluminados avariciosos. Son un peligro para la libertad y el progreso.

Fermín dijo...

Creo que si estaba incluido, simplemente que se trate a los delincuentes como lo que son y sean juzgados y condenados según marca el Código Penal, sin privilegios.

TODAS las religiones son una farsa y, salvo alguna excepción cercana a la filosofía, todas pretenden lo mismo: Controlar al ser humano a su voluntad aprovechándose de atavismos, dudas y supersticiones.

Saludos.

luisa sánchez dijo...

Completamente de acuerdo, claro que son una farsa, a los dioses los inventaron unos cuantos avispados para con el cuento de que tenían 'mano' con seres invisibles, poder dominar a los demás.

Si has visto la presentación de mi blog,digo que no creo en dioses,mitos, hadas ni pitufos, porque para mí son la misma cosa. Producto de la imaginación de gente que los utiliza para su lucro o de mentes febles que se creen absurdos.

Saludos