domingo, 6 de octubre de 2013

Falsos sonetos para personajes falsos (I)


Los siglos asombrados cantarán la prodigiosa recuperación de España.  Los juglares loarán las gestas del General Mariano y su ejército inasequible al desánimo.  El pueblo agradecido llorará de emoción y agradecimiento:

Don Cristóbal, prócer dinerario

Con franqueza abierta en su sonrisa,
de los cristales que alumbran sus ojos,
asoma del cuello de la camisa
ejemplo de bizarría y arrojo.

Vademécum de frente despejada
que protege el cerebro prodigioso
de cientos de malvadas estocadas,
de miles de mensajes insidiosos.

De voz profunda y de gesto adusto
cuando la ocasión torna en tormentosa,
cuando lamenta darnos un disgusto,

es tan dulce, suave y respetuosa           
que, hasta yo, en ocasiones me asusto
al oír sus propuestas generosas.


Don Alberto de la mano firme

Quedan pocos de estos caballeros;
no duda en cabalgar miles de millas
si alguien débil sufre en sus cueros
la injusticia de la vuelta a la tortilla.

Siempre avanza en la senda del progreso
sean molinos o gigantes los felones,
contra mitras o los sables más aviesos,
se bate con la furia de mil leones.

Nadie piense que esas cejas generosas
dificultan mantener el ojo abierto
jamás se distraerá con esas cosas

que confunden la falacia con lo cierto.
Nunca existan las palabras vanidosas
que perturben la humildad de don Alberto.