sábado, 5 de enero de 2013

LO QUE EL REY NO DIJO



Comienzo reconociendo que no he visto la entrevista/publireportaje emitida ayer por TVE en horario de máxima audiencia; tampoco vi el discurso de Nochebuena, ni este año ni los anteriores; sin embargo, no creo que fuera necesario, tenía mejores cosas que hacer.

Tras un fugaz repaso a los medios digitales, deduzco que desperdició una magnífica oportunidad para comunicar su renuncia al trono y ordenar, dentro de lo que sus prerrogativas le permitan, la apertura de un proceso de consulta a la ciudadanía para determinar cuál es el sistema que este país desea, en cuanto a la jefatura del estado se refiere.

No hace falta ser ningún experto para observar a una persona cansada, sujeta a una intensa medicación que lo mantiene hinchado en las formas, con una movilidad extremadamente limitada, lento de pensamiento y de una dicción pastosa y aún más ininteligible de lo habitual.

A mi juicio, hace tiempo que agotó el crédito moral que el Pueblo Español pudo haberle concedido y no hace sino profundizar en el “debe” sin nada que incorporar al “haber”, es decir, en términos de contabilidad, el Rey está en deuda con España y ya se sabe que la tendencia impuesta es terminar radicalmente con las deudas, existiendo un grave peligro de desahucio de La Zarzuela si estas no se satisfacen debidamente.

No hay mucho más que decir.  Quienes le han tratado (no es mi caso) afirman que se trata de un hombre sagaz que capta las indirectas a la primera.  A ver si es verdad, si no, habrá que decírselo más claro. 

¡Salud y República!

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