sábado, 24 de noviembre de 2012

JORNADA DE REFLEXIÓN



Tanta visita de la enmantillada Cospedal al Vaticano no podía ser gratis; de momento (ya se sabe que la Iglesia es muy lenta en la aplicación de reformas), de la habitual escenografía del Belén navideño, han desaparecido la mula y el buey y su imaginería irá variando, paso a paso, hasta concluir que María, virgen hasta después del parto, dio a luz en una maternidad privada regentada por Capium, donde un antepasado del suegro de la ínclita Mª Dolores, sacaba unos buenos sestercios.  Así se escribe la Historia.

Ante las clamorosas y multitudinarias protestas de los profesionales sanitarios de Madrid, en contra del vertiginoso proceso de desguace y venta al mejor postor de la Sanidad Pública madrileña, los estrategas del Partido Popular, han soltado la correa y el bozal a su legión de trolls asalariados, para que voceen que “la Sanidad es y seguirá siendo pública y gratuita”.  Si, y la Beneficencia también.  No cuentan, sin embargo, que la gestión privada de un hospital medio cuesta a los ciudadanos el triple que la pública y, esos dineros de más, van a parar de nuestros impuestos al bolsillo de sus nuevos gestores con el consiguiente deterioro de la calidad del servicio prestado.  Subastan nuestra salud.

Esta semana hemos conocido el fallecimiento de dos personas que marcaron parte de nuestras vivencias infanto-juveniles.  Los personajes que conocimos eran el alfa y el omega, el ying y el yang, el blanco y el negro de los comportamientos humanos y sustanciaban grandes dosis de amor y odio respectivamente.  Hablamos del entrañable Miliki y el perverso J. R.   Desaparecidos ellos dos, nos vemos metafóricamente envueltos, aún más, en ese marasmo de mediocridad que nos rodea donde el abanico abarca toda la gama de grises, del más claro al más oscuro, pero sólo grises.

Nunca estuve de acuerdo con ese “Ji, ji – ja, ja” que ha adornado la miseria moral de la que han hecho bandera los francotiradores ideológicos de Intereconomía, La Gaceta, ABC, La Razón, con algo más de sutileza El Mundo y, a otro nivel, Tele5.  Es legítimo que un medio de comunicación mantenga una línea editorial afín a sus accionistas.  Quizá sea poco ético pero no carece de legitimidad.  La pregunta ahora sería:  ¿A las directrices de qué Junta General de Accionistas responde la creciente manipulación de los informativos de RTVE?  Tras la inicial purga de profesionales, ahora, no ha quedado más remedio que el comunicado del Consejo de Informativos denunciando las presiones, represalias y condenas al ostracismo que sufren los periodistas que no aceptan firmar informaciones falsas, torticeras, mendaces o, directamente, contrarias a cualquier criterio de deontología periodística.  Sigamos riéndoles las gracias, que nos irá bien…

Por cierto (y aprovechando el título), mañana se vota en Cataluña y hoy, por tanto, es jornada de reflexión.  Me voy a permitir la soberbia de aconsejar a los catalanes que voten lo que crean oportuno pero que, previamente, lo piensen bien; que luego tiene difícil arreglo y, si no me creen, que miren a La Moncloa y verán.

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