De niño siempre tuve predilección por las
Ciencias Naturales tanto en su manifestación mineral, como en la vegetal o la
animal pero, en algunas ocasiones, determinados conocimientos, mezclados con la
imaginación desbordada de un niño de 8 años, me jugaban malas pasadas.
Una de esas experiencias inquietantes me
abordó cuando, estudiando la clasificación de los invertebrados y,
concretamente a la hora de ver los gusanos, me topé con los platelmintos y el
ejemplo que, magníficamente ilustrado, traía el libro: La Tenia o Solitaria.
Siempre fui un niño orondo con marcada
tendencia a la esfericidad (o sea, estaba gordo) y, de una parte, provisto de
un hambre voraz y, de otra, una vitalidad que me hacía ir corriendo a todas
partes pero no había manera; el metabolismo se negaba a darme tregua y, por lo
tanto, no era en absoluto sospechoso de haber contraído la Solitaria como
quienes, parece ser, comen desaforadamente y cada día están más delgados por la
sustracción de nutrientes que alimentan al parásito de cabeza aterradora y
varios metros de longitud.
Pues, aplicando el mismo principio, España se
está quedando en los huesos por la acción implacable de la Tenia que, en su
estado adulto, llamamos Mercados; en su estado joven, conocemos como Bancos y,
en su estado larvario, denominamos Corruptos de Mierda. Tres conceptos distintos y una sola
realidad verdadera: La Puta Ruina.
El estado se agrava por momentos y, el
facultativo que se ha hecho cargo del paciente, tiene un expediente impoluto
como… Registrador de la Propiedad.
Afectado por una inédita variante del Síndrome de Estocolmo, detrae
voluntariamente los nutrientes que deben alimentar las células del organismo y
se las sirve en bandeja al insaciable parásito que, lejos de saciarse, siempre
pide más.
Conclusión (elíjase la que se considere
acertada):
A) No tiene ni puta idea y camina por la
consulta como un boxeador sonado lanzando golpes a un contrincante
imaginario. No vale para esto y
debe convocar elecciones para dejar paso a alguien que sepa lo que debe hacer.
B) Sabe exactamente lo que está haciendo y
obedece instrucciones con una precisión quirúrgica. Debe ser puesto, inmediatamente, a disposición judicial y
convocar elecciones para que nos gobierne quien sepa aplicar el tratamiento
adecuado.
Por
cierto, en el momento de escribir esto, la fiebre del paciente está en 642
puntos básicos. Mortal.
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