miércoles, 14 de marzo de 2012

LAS MANOS LLENAS DE MIERDA HASTA LOS CODOS


La ultraderecha está repleta de buenos estudiantes –no confundir con estudiantes buenos- que tienen su currículo adornado por una sucesión eterna de números uno en sus respectivas promociones. ¡Qué lástima, cuánto esfuerzo desperdiciado! (o cuánto dinero que, con las universidades privadas, nunca se sabe). Hay una asignatura en la que destacan sobremanera por encima de las demás: "Goebbles, su vida y su obra". Summa cum laude general (o generalísimo, como prefieran).

En la izquierda, aún teniendo estudiantes con las mismas o mejores calificaciones, carecemos de personas suficientemente preparadas en manipulación, estructuración y planificación de la mentira, estrategias de distracción social y montajes fraudulentos a largo plazo. Nos acusan de “Buenismo” con tintes peyorativos y nos les falta razón. Cuando los hemos tenido agarrados, metafóricamente, del pescuezo los hemos dejado irse vivos. Así nos va.

Ha saltado a los periódicos, sin demasiado alarde tipográfico, la conducta del máximo responsable del mal llamado sindicato “Manos Limpias” que, en unas grabaciones que no tardarán en ser recurridas y denostadas, que lo retratan como lo que sospechábamos que es: Un mafioso de la peor ralea cuyas obras, si trascendieran en su totalidad, harían palidecer al mismísimo Roberto Saviano.

Chantajes, sobornos, presiones, amenazas, … (hasta aquí puedo leer) ensalzan la figura de esta tierna criatura cuyo único fin, dice él, es velar por la limpieza de la administración y los servidores públicos. Visto lo visto deja pequeño el dicho popular: “Mama, yo no quiero que me den, sólo quiero que me pongan donde haiga”.

Algún día alguien, con más medios, más información más conocimiento y más criterio llevará a cabo un profundo análisis sobre los movimientos, estrategias y métodos adoptados por la ultraderecha y sus comunicadores de cabecera desde la muerte del dictador hasta hoy. No creo equivocarme si afirmo que determinados personajes y algunos medios de comunicación no son sino las dos caras el espejo de Alicia y se han hecho de oro con sus mentiras descaradas y conscientes persiguiendo el objetivo que ahora da sus frutos: Estafar al Estado y, por definición, a los ciudadanos alcanzando unas cotas de poder que, ríete tú de los poderes fácticos del franquismo ¿o son lo mismo?

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