domingo, 19 de febrero de 2012

ESTE ES MI ANÁLISIS


Imagen tomada del blog Rapiña


Una serie de personajes oscuros y otros, no tan oscuros, venían reuniéndose periódicamente con el infame objetivo de conseguir una involución política en España y dieron en acordar que, sin un medio de comunicación de digestión sencilla (canal de televisión de cobertura nacional), no sería posible poner en práctica la estrategia pergeñada:  Intoxicación lenta pero implacable de los elementos de la sociedad más vulnerables: Personas de mayor edad y colectivos de un nivel intelectual y cultural muy bajo.  Ambos creerían a pies juntillas las mentiras difundidas y, a la vez, mediante un eficaz efecto multiplicador, envenenarían con la “mala nueva” a su ámbito cercano.  Al menos sembrarían la semilla de la duda malintencionada y la desconfianza patológica.  El Partido Popular marcó en camino, en 1999, con la creación de la TDT y luego, Zapatero, se pegó un tiro en el pie al permitir determinados conchabeos en la concesión de canales confiando en su escasa o nula audiencia.  Gran error.

Una serie de personajes oscuros y otros, no tan oscuros, venían reuniéndose periódicamente con el infame objetivo de esquilmar las arcas del Estado.  La explosión del caso Filesa en las manos de PSOE, fijó la atención de los focos en la financiación irregular de los partidos políticos mediante esas prácticas.  Algo había que hacer y, además, las cifras que se movían eran muy pequeñas para poder tener a todos contentos y, en esos casos, invariablemente, siempre termina apareciendo un cabreado/resentido/arrepentido que se va de la lengua y lo echa todo a perder.  El Partido Popular marcó el camino, en el periodo 1996-2000, al poner en manos privadas cualquier bien público que obtuviera beneficios.  Ese era el camino.

La estrategia era como el mecanismo de una navaja:  Simple y mortal a la vez. 

La caverna mediática marca el objetivo y empieza a segar la hierba bajo sus pies.  Con el paso del tiempo va haciendo efecto en el electorado (siempre viene bien alguna ayudita del tipo Tamayo y Saez) y, con el Partido Popular ya en el poder, ya sea en el ámbito local o autonómico, comienza el mercadeo de servicios públicos privatizados con mayor o menor descaro.  No es suficiente.

La apuesta decidida por potenciar el Estado del Bienestar es una magnífica noticia para la población pero hay ojos que ven la jugada de otra manera: El Estado de Mí Bienestar.  Un descomunal caudal de fondos públicos se van a financiar la Sanidad Pública, la Educación Pública, el Sistema Público de Pensiones ¿Por qué?  Hay un montón de empresas que podrían hacer esa misma labor por menos dinero (ahorro ficticio), se reduce la calidad del servicio y listo; se empieza con pequeños e imperceptibles detalles y, a medida que se va asfixiando lo público vía presupuestos, se aumenta el nivel de descaro.  Alarma a 200 Db., los funcionarios, que sufren la agresión a pie de obra, denuncian a los cuatro vientos la estratagema.  Y algo se quedará entre las uñas.

Entra en juego la televisión carcunda y comienza a repartir mandobles a los funcionarios: Vagos, vividores, insolidarios, … Los funcionarios son trabajadores y si unimos el desguace de los servicios públicos, vendidos por piezas al mejor postor, con un ataque despiadado a los trabajadores, los sindicatos se levantan en armas, por muy adormecidos, acomodados o entregados que estuvieran o parecieran.

Cuando en un país hay más de cinco millones de personas sin trabajo, es muy, muy fácil echar ese caudal frustrado, cabreado y ávido de sangre sobre cualquiera que le señalen como culpable y, la televisión repugnante, está cociendo un caldo de cultivo terrible que administra en dosis medidas para hacer el mayor daño posible a lo Público y a quien lo defiende y, con el Partido Popular administrando la mayor cantidad de poder que nadie haya tenido en nuestra democracia, es todo cuesta abajo.

Seamos claros:  Sólo hay unos culpables de los cinco millones de parados; Los Empresarios (los grandes empresarios).  Llevaban toda la democracia pidiendo hacer de su capa un sayo respecto a las condiciones laborales y, con una crisis de este nivel, la ocasión la pintan calva. 

Existe una consigna:  Hasta que no nos salgamos con la nuestra, NO se contrata.

Algún desavisado pensará: Bueno, ya tienen la Reforma Laboral, que empiecen a contratar.  NO, falta la Ley de Huelga y el desmantelamiento de los Sindicatos de Clase que serían sustituidos por otros de carácter gremial, de estructura vertical y dependencia empresarial.

Es muy triste que haya gente que dedique su tiempo a ver como una serie de hijos de puta descarados y declarados le intoxican la mente. 

Coged un libro y leed un poco, mejoraréis vosotros, nosotros y la humanidad entera.



No hay comentarios: