viernes, 6 de enero de 2012

HOY ES 6 DE ENERO Y PROMETO QUE NO HE FUMADO NADA

Hoy es 6 de enero, Día de Reyes.  Debemos cumplir con lo que mandan las ancestrales tradiciones y transmitir nuestros mejores deseos a sus majestades. Felicidades al Rey de Oros, que cuida de nuestra hacienda (últimamente está a punto de solicitar un E.R.E.); al Rey de Bastos, que cuida que no nos falte trabajo (lleva varios meses afectado por un E.R.E.); al de Espadas, que defiende nuestra honra y no permite que se rían de nosotros (se le acabó el paro y ha solicitado la prórroga de 400 euros) y al de Copas, que procura distraernos para que la realidad no nos amargue la vida (de baja por estrés).



Hoy es 6 de enero y es tradición desayunarse con un apetitoso Roscón de Reyes acompañado de un café, chocolate, ron con coca-cola (hay gente para todo en los after),…
En casa hemos disfrutado de uno recién hecho delicioso, de obrador, relleno de crema, con sus almendras, su naranja, sus guindas y su sorpresita dura y afilada (este año, como novedad, patrocinada por Tele-Empaste).  Es una lástima que se estén perdiendo estas bonitas tradiciones pero le he dicho al pastelero que vendría a pagarlo el que descubriera la sorpresa en su ración y él, con malos modos, ha insistido en cobrarlo.

Hoy es 6 de enero y, ayer, como es tradición, se celebró la entrañable cabalgata de Reyes Magos.  Qué sensación de asombro y felicidad transmitían las inocentes criaturas que, con los ojos muy abiertos, no perdían detalle de los procaces movimientos que, a ritmo de reggaeton, ejecutaban las bailarinas ligeras de ropa para evitar congelarse a 2 grados bajo cero.  Nunca se ha hecho menos caso a los caramelos tirados desde las carrozas.

Hoy es 6 de enero, día de abrir regalos.  La tradicional figura del cartonero tiene hoy su día grande, en los nidos de contenedores se amontonan vistosas cajas vacías de su contenido pero preñadas de ilusión (vaya palabros que me vienen a la cabeza) que van cogiendo altura y, si no fuera por la sacrificada labor social del cartonero, llegaría a tapar las ventanas de los pisos inferiores.  La modernidad también ha llegado a este gremio y, la mayoría, ha sustituido el carrillo de mano por grandes furgonetas donde introducen ingentes cantidades de papel y cartón, a veces, con contenedor y todo.

Hoy es 6 de enero y, tras el concierto de fin de curso, el día de mayor uso de las cámaras de video.  Impagable el momento en el que el niño coge el paquete, lo sopesa, lo mueve a ver si suena, rompe el colorido papel sin miramientos, descubre la caja de la consola de juegos de moda y, cuando la abre, extrae de su interior un pijama, 3 pares de calcetines y media docena de calzoncillos.  ¡Qué carita!  Que los padres cabrones también tienen derecho a disfrutar.

P.D.: Hoy es 6 de enero y se celebra el tradicional sorteo de la Lotería del Niño.  Este año, como también es tradición, lo único que me ha tocado han sido los huevos con las manos frías.  Ni un puto reintegro.  Tengo en dudoso honor de comprar la lotería al famoso y anónimo "Lotero Gafe" que, en secreto, se lucra con nuestro dinero, vendiéndonos números que, mistriosamente, no entran en el bombo.  ¿Dónde están los inspectores de la ONLAE cuando se les necesita?

1 comentario:

F.J. SUELA dijo...

Veo que las navidades te han afectado más que otros años y leyendo entre líneas se detecta un cierto hartazgo de niños chillones cantando al niño jesús, bandejas repletas de sacarosa en forma de mazapán, turrón y otros productos típicos, de familia, de reyes majos y no tan majos, de cordero, del tonto ese que sale por la tele agitando la botella de cava porque le ha tocado la lotería etc, etc. Y me solidarizo contigo porque yo también estoy harto y propongo para las próximas navidades los siguiente:
Reivindicar la identidad pagana de estas fiestas que ya se celebraban antes de cristo, porque en realidad lo que se celebra es el solsticio de invierno, cosa muy digna de celebrar porque empiezan los días a ser más largos, que ya está bien de que cuando amanece ya llevo tres horas en el tajo.
Cambiar el nombre, nada de navidad, como mucho pascua, por lo del tránsito de estación.
Dedicar estas fiestas un poco menos a la gula desmesurada y un poco más a la lujuria. Cuando ya estamos hartos de marisco, salmón, tapas, canapés y todas las viandas propias de esta fiestas, en lugar del cochinillo o el cordero que ya no nos cabe, podríamos hacer orgías, seguro que al acabar habríamos quemado más calorías.
Tengo otras reivindicaciones para las próximas, pero ahora me voy a acostar que es muy tarde.