HAN VUELTO A RAPTAR A EUROPA Y NOSOTROS PAGAMOS EL RESCATE

Dijeron las noticias que ayer se juntaron en Bruselas los que mandan en Europa. Yo creo que tienen razón en parte pero, a mi juicio, no fue una reunión de primer nivel por mucho que la llamaran “cumbre” (tan cumbres son las del Himalaya como las de Sierra Pela). 

No entendí que fuera una cumbre summa ya que, quienes se reunieron, no eran más que los capataces que se preocupan del cumplimiento más o menos fiel, en cada división administrativa europea, de las instrucciones de los que verdaderamente mandan.  No había representantes de las grandes corporaciones mundiales ni de los poderosos lobbys que, cada día, deciden si sale o no sale el sol, o sea, se juntaron 30 chichirivainas con sus mejores galas.

No me pareció una cumbre cuando, los poderosos, mandaron al heraldo para transmitir y recibir información de primera mano y la sonrisa luminosa de la Gerente del FMI, a la salida de la reunión delataba el alto grado de cumplimiento de sus objetivos.  Otra reunión igual y terminarán nombrándola “Empleada del Mes” en vez de la alemana esa tan carente de charme.

El caso es que lo primero que trascendió es que a partir de este momento NO se va a volver a pedir a los bancos que contribuyan al rescate de países en dificultades. Un silencio oneroso, en cambio, se produjo ante la perspectiva de tener que pedir a los países que contribuyan al rescate de bancos en dificultades.  Lo que parece un infantil juego semántico no es más que un síntoma esclarecedor de cual es la enfermedad:  Los ciudadanos no somos más que ínfimos engranajes en la infinita maquinaria universal y, para nuestra desgracia, han descubierto que les sale más barato sustituir a los que se gripen o averíen que invertir en mantener la maquinaria engrasada y ajustada.

Es muy triste que nuestra preocupación se centre en saber si, las medidas fiscales que se van a adoptar, quitan más o menos de la independencia económica (imaginaria) que nos dicen que tenemos o si Gran Bretaña sufrirá con nosotros o en su soledad insular; lo que me tiene verdaderamente acojonado es que han estado echando cuentas y han descubierto que, si no nos administran vaselina, ganan más dinero.