Con las primeras imágenes me convencí que el discurso de Rajoy estaba patrocinado por Farmatint, con ese pelo zaino y la barba completamente blanca que nada tiene que ver con el color panzaburra que lucía en campaña. No, no era ese el sponsor.
Más tarde atribuí el patrocinio a Gilette, por lo filoso de las propuestas que desgranaba pero me estaba quedando corto, muy corto, sería mejor McCulloch, Still o cualquier otra marca de motosierras porque empezaban a cercenarse miembros enteros y con estrépito. No, tampoco era ese.
Luego empecé a atar cabos: Cálculo del cómputo de las pensiones aplicando toda la vida laboral, importantes desgravaciones fiscales a quien suscriba planes de pensiones, medidas para recuperar la salud de las entidades financieras, … Era evidente, ahora que ha terminado la fórmula 1: Imaginaba a Botín dando paseos compulsivos como un padre primerizo sobre la tupida alfombra del Salón de los Pasos Perdidos. No, hoy no era mi día (ni el de los demás trabajadores, por cierto).
Reflexioné y descubrí mi error: Estaba mirando las partes por separado cuando lo sensato (vamos a terminar odiando el término) es dar un par de pasos atrás, coger perspectiva y observar el panorama en su conjunto. Desolador. El cine de terror español tiene un merecido prestigio a nivel mundial pero, en esta ocasión, la realidad supera la ficción y algunos estudios americanos de postín ya están pujando por los derechos cinematográficos de nuestra desgracia. Título: Shobrevive como puedas.
Tiempo habrá de estremecernos con las letras de la banda sonora, de momento, la música nos ha helado la sangre.
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